“Nadie puede convencer a otro de que cambie. Cada uno de nosotros custodia una puerta del cambio que solo puede abrirse desde adentro.” | Virginia Satir. Psicóloga Estadounidense.
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Esta es una frase que me gusta mucho cuando abordo el proceso de motivación para el cambio.
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Cambiar la conducta alimentaria es un proceso y podemos estar en diferentes etapas del mismo:
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Pensar en cambiar pero como una posibilidad muy lejana o difícil.
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Evaluar los pro y contras de mejorar la alimentación pero con ambivalencia.
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Tomar la decisión de cambiar y realizar una consulta profesional.
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Estar muy preparada y motivada, con mucha confianza en vos misma.
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De acuerdo al punto del proceso en el que estés es lo que
necesitaremos trabajar para avanzar.
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Pero, independientemente de cuan motivada estés, es importante entender que el camino se construye al caminar y es valioso acompañarnos a nosotras mismas en ese camino, desde el autocuidado y autoentendimiento.
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Crear equipo con nosotras mismas: entre nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones.
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En ocasiones enceguecemos con llegar al objetivo (a veces muy ligado solo a la imagen del cuerpo y desconectado de nuestras emociones) y no disfrutamos el presente, el recorrido.
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No tratemos de encontrar la motivación afuera sino más bien ella reside dentro. Preguntémonos ¿Para qué queremos el cambio? ¿Cuáles son nuestras necesidades más profundas?
Apartándonos de lo que “se supone” que deberíamos ser o hacer y de esta manera nuestro objetivo será más íntegro y la motivación mayor.
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No sufras en tu proceso, disfrutalo y por sobre todo dejanos acompañarte en cada paso.
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Lic. Marcia peregrina
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Marcia es la integrante del #EquipoWOMAM encargada de acompañarte en la mejora de tus hábitos alimenticios, no solo con rutinas sanas sino con consciencia de aquello que nos sucede mientras nos alimentamos y con especial foco en el vínculo entre la alimentación y nuestras emociones.
Cambiar nuestras conductas de alimentación
